domingo, 6 de enero de 2008

LESBIANISMO EN EL SALVADOR, MUJER, IDENTIDAD Y DISCRIMINACION

Por: Silvia Matus, sociòloga y poeta.


Enfermedad, perversión, desviación o pecado, así considera la sociedad salvadoreña a las personas de elección sexual distinta a la heterosexual. Pues esto va contra los roles de género que se han establecido para mujeres y hombres, y la sexualidad de mujeres y hombres, en la cultura occidental, está ligada por la religión y las normas jurídicas (matrimonio) a la reproducción de la especie y conformación de la familia. En esta percepción negativa de las lesbianas, influye la religiosidad y el modelo de familia nuclear y heterosexual impuesta o reconocida socialmente.

El término lesbianas, surge a partir del descubrimiento de los poemas de Safo, (630-650 A.C.), que vivió exilada en la isla de Lesbos, rodeada de mujeres, con quienes tenía “contactos carnales”. A fines del siglo XVI, un francés llamado Pierre Bouerdille, señor de Brantome, recopiló poemas amorosos entre mujeres en un libro titulado: “Las Lesbianas”, en referencia a la isla donde vivió Safo. Desde entonces, la palabra se popularizó, y se llamó lesbianas a aquellas mujeres que se sentían atraídas sexualmente por personas de su mismo sexo.[1] Recordemos que Sigmund Freud, fundador del sicoanálisis, (1856-1939), ya hablaba de una sexualidad “polivalente”, y de la bi-sexualidad para referirse a otras sexualidades.

A las lesbianas en nuestro país se les dice vulgarmente: “marimachas” , para significar su ambigüedad de mujer y hombre (macho). Este desprecio es extendido a personas que no responden a los patrones de heterosexualidad.
Y es que en la jerarquía sexual dominada por la heterosexualidad, las otras formas, prácticas y vivencias de la sexualidad se ven menospreciadas, sean estas bisexuales, de lesbianas, gays, transexuales, travestis, o trabajadoras/es sexuales.

Se comienza a hablar de lesbianismo de manera abierta en nuestro país con el auge del movimiento de mujeres y del feminismo en los años noventas. El encuentro centroamericano de mujeres celebrado a principios de 1992 en Montelimar, Nicaragua, fue clave, para motivar a algunas mujeres lesbianas a hacer algo para ellas mismas. En el año 1993, en el Segundo encuentro de Mujeres Salvadoreñas, en el lago de Coatepeque, se realizó un taller sobre “Lesbianismo” promovido por dos mujeres extranjeras, Clara Murigalday y Norma Vázques, al que acudieron unas 50 mujeres interesadas en el tema, la mayoría heterosexuales. En los años 92, 93 y 94, funcionó en nuestro país, un grupo de mujeres lesbianas, bisexuales y lesbianas políticas (mujeres heterosexuales que respetan y apoyan a las mujeres lesbianas), llamado “Colectiva lésbica de la media luna”, que dejó de existir por diversas razones.

La discriminación y la doble moral en nuestra sociedad funcionan, pues existen muchas mujeres y hombres gays, que están en cargos públicos, a cambio de que su identidad sexual sea ocultada o negada. Y muchas mujeres lesbianas y hombres homosexuales, ciudadanos/as de a pie han sido obligados a renunciar de sus trabajos, aunque sean buenos en ello, cuando se conoce su identidad sexual. La mayoría de transexuales femeninas, son prácticamente obligados a prostituirse por no ser tolerados en sus trabajos con su indumentaria y su forma de ser.

En nuestro país existen muchas personas con identidad sexual distinta a la heterosexual, así tenemos: hombres homosexuales, mujeres lesbianas, y trans géneros de uno u otro sexo, que mucha veces son hostilizados y no considerados seres humanos con derechos: Entre el año 2000 y el 2004 fueron asesinados 14 travestis; alrededor de 12 trabajadoras del sexo, según la Asociación Flor de Piedra. Varios muchachos homosexuales han sido asesinados, y en el ultimo semestre, dos jóvenes lesbianas que vivían en Mejicanos fueron asesinadas. Casi todos estos asesinatos no han sido investigados y hallados los culpables, desestimando a las víctimas por la vivencia de su sexualidad. Los medios nacionales generalmente abordan de manera morbosa y ligada al escandalo los temas relacionados con la homosexualidad y el lesbianismo, y los políticos intentan sacar ventaja política de ellos, por ejemplo el intento de prohibición del matrimonio entre homosexuales y lesbianas de parte de los conservadores de la Democracia Cristiana y otros partidos..

Existe conflicto entre las lesbianas y el movimiento feminista y de mujeres, pues las organizaciones de mujeres y las feministas temen ser consideradas lesbianas, pese a esto, la organización y la lucha feminista le aportado mucho a las lesbianas para plantarse en contra de la discriminación, y al revés, las lesbianas han aportado al movimiento feminista a hacer una lectura no heterosexista de la construcción social de los géneros.

Los derechos sexuales y reproductivos en nuestro país, son poco promovidos. Los derechos sexuales no son plenamente respetados, y los reproductivos han sido menoscabados, estos últimos sufrieron un duro golpe con la reforma constitucional de 1998 y 1999 que condena el aborto por cualquier razón.

Existe una lucha internacional y nacional por los derechos sexuales y reproductivos de las personas, incluyendo la vivencia plena de la sexualidad, contenidos en manifiestos, ensayos, libros, redes y grupos organizados alrededor de la diversidad sexual y los derechos sexuales y reproductivos. Muchas lesbianas feministas como Adriane Rich, Judith Butler, Julio Soro, Ochy Curiel, Norma Mogrojevo, Monique Witting, y otras han reflexionado sobre la identidad lésbica, la discriminación y el orgullo lésbico.

Actualmente, en nuestro país existen algunos bares donde acuden gays, lesbianas y transexuales. El 28 de Junio se celebra el día del orgullo Lésbico y Gay a nivel internacional. Ese mismo día organizaciones de gays, como “Entre amigos”, “Manos amigas” y otras salen a la calle para visibilizarse. Se promueven desde algunas organizaciones de mujeres, como “Las Dignas”, charlas sobre “La diversidad sexual” y ciclos de cine “Lésbico” en el mes de junio. Pero, son pocos los espacios donde estas personas pueden ser ellas mismas y aceptadas por serlo.

En nuestro país, la reflexión y la organización de las mujeres lesbianas es incipiente, existe una colectiva de lesbianas llamada “Y yo también”, que funciona en San Salvador. Lesbianas y homosexuales, elaboraron una Proclama sobre la Diversidad sexual, la cual presentaron a la municipalidad de San Salvador para su aprobación, la que sorpresivamente fue asumida por el Concejo Municipal, dirigido por primera vez en siglos por una mujer.

A pesar de la marginaciòn, la violencia y el silencio, las voces transgresoras de las Lesbianas, resuenan ya en nuestro paìs, y prometen enriquecer la reflexiòn y la acciòn sobre derechos tan sagrados como el de la vida y la sexualidad humana.

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